Se busca periodista con experiencia para ser becario (o cómo acabar con tu paciencia)

Si eres periodista y has estado en paro, dos conceptos que van de la mano, probablemente te habrás enfrentado a determinadas situaciones capaces de terminar con la paciencia de cualquiera. Cientos de ofertas creadas solo para sacarte de quicio y frustrar hasta al más optimista de los desempleados. ¿Te suena? Repasamos frases que no sabes por qué, pero has leído mientras buscabas trabajo.

Ser periodista y no haber estado nunca en la cola del paro es, sin duda, un privilegio al alcance de pocos, especialmente en mi generación. Ya te di algunos consejos para no morir en el intento, pero hoy quiero que nos enfademos juntos al rememorar algunas de las situaciones que te encuentras cuando buscas trabajo y con las que es difícil no estallar y tener la mecha tan corta como dicen que yo la tengo.

Buena redacción, experiencia en blogs, webs y tareas de community management, dominio de «x» programa de edición, producción, inglés nivel alto… y así un requisito tras otro hasta llegar al más alucinante de todos: imprescindible poder hacer convenio con la universidad. ¿Te suena? Seguro que sí. Porque además, esta hipotética (aunque verídica) oferta terminará con el remate: no remunerado, pero aprenderás a desenvolverte en un entorno laboral. ¿De verdad? Sí.

Con mucha suerte la oferta no requerirá que seas becario, pero te proporcionará unos jugosos 800 euros al mes con los que no poder pagarte nada si vives en una gran ciudad. O en un gran pueblo. Porque sí, es una realidad, el periodismo no está bien pagado, especialmente para determinados sectores de la profesión.

carta abierta periodista, calum macaulay

Oferta reducida

Y así día tras día, oferta tras oferta. Si es que las encuentras. Porque todas estas palabras que unidas una tras otra provocan estrés y enfado, hay veces que ni siquiera se pueden leer porque tras introducir en distintas y conocidas páginas de empleo los criterios «periodista» y «Madrid» (en mi caso), lo único que te devuelve es un «no hay resultados». Eso sí que es un folio en blanco y no lo que nos ocurre a nosotros.

Desesperación. Otra de las cosas que probablemente agotarán tu ya de por sí agotada paciencia es la de las ofertas que reúnen todos los requisitos que tú tienes, pero necesitan a alguien con «5 años de experiencia», cosa que, una vez más, a periodistas como yo, no nos han permitido tener aunque termináramos la licenciatura hace ya una década. Pero yo sigo empeñada en creer que aún así merece la pena.

Demasiado mayor para ser becaria, demasiado joven para ser senior. Demasiado preparada para ser junior. Demasiado especializada en la suma de 3+2 cuando yo quiero a alguien que sepa mucho de sumar 2+3. Demasiado. Demasiado poco nos quejamos para todo a lo que nos enfrentamos. Y yo te hablo de periodismo, pero estoy segura de que si tu profesión es otra y estás en la órbita de los 30, también te sonará.

Un nuevo periodista

Al final nos conducen a reinventarnos. A ser algo distinto a lo que buscábamos ser. ¿Seguimos siendo periodistas? Más bien diría que estoy viviendo el guión adaptado de mi propia película buscando coletazos que me mantienen unida a la profesión que amo. Buscando pequeños detalles que aún me permitan seguir diciendo que soy periodista. Y yo he tenido suerte, puedo sentirme afortunada por lo que he logrado.

Sin embargo, sé lo difícil que es estar al otro lado y lo frustrante que es un camino lleno de piedras que nadie va a ayudarte a quitar. Tendrás que armarte de valor y saber que te vas a seguir haciendo daño mientras camines por el lado del periodismo. Siempre hay salidas cada poco tiempo en las que las rocas se convierten en grava y la vida se vuelve más sencilla. Al final, lo importante es que escojas el camino que no te haga perder la sonrisa. Yo me he puesto las botas de montaña y de aquí no hay quien me mueva.

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