Febrero, ese mes que tanto nos apasiona a los amantes del séptimo arte. Ese mes en el que se habla de alfombras rojas, de estatuillas, de galardonados, de sorpresas y decepciones. Ese mes de amor al cine. En España, acabamos de entregar los Premios Goya, los más importantes para las películas firmadas por españoles. Y por tercer año consecutivo, Dani Rovira ha tomado los mandos. ¿Por qué debería hacerlo una y otra vez?
Lo reconozco, soy fan de Dani Rovira. Sí, tendrá sus más y sus menos, pero a mí me hace gracia. Por eso, cuando el pasado año se organizó una tremenda campaña en su contra tras presentar los Goya, yo no estaba para nada de acuerdo. No me parecía bien, ni me lo parece, que sobre él pesara la culpa de una gala aburridísima que solo se salvó, precisamente, por sus brillantes momentos de inspiración. Por esa forma de decir las cosas de ese malagueño que conquistó a muchos en Ocho apellidos vascos, y que consiguió que otros muchos le detestaran. Es lo que tiene la fama.
Yo soy de las primeras. Aunque a mí me conquistó mucho antes, cuando con menos fama, pero el mismo desparpajo, se comía el escenario con sus monólogos. En 2016 se quedó bastante triste y decepcionado con todo lo ocurrido tras la gala, y se planteó que si las cosas iban a ser así, no merecía la pena presentarlos de nuevo. Sin embargo, hace algunos meses anunció que se volvía a meter en harina. Que se la jugaba. Que las criticas esta vez no le iban a afectar. Y así ha sido.
El resultado ha sido mucho mejor y él está muy feliz, o al menos eso ha demostrado a través de Instagram donde se lo ha agradecido a la gente que le ha apoyado en este camino.
¿De qué vamos a hablar? ocultar
Gracias a la @academiadecine por volver a confiar en mí. Gracias a @jj_vaquero e @inakiurrutia porque con ellos a mi lado me lleno de valentía, talento y confianza. Gracias a todos los que hacen de esta noche tan complicada una experiencia única. Feliz, muy feliz. Una noche de cine maravillosa. Gracias a los espectadores, porque sois el motor de todo. Y a la audiencia que optó por vernos. Gracias a @pedrodelhierro_official y a @landerurquijo por sus trajes hechos con tanto cariño. Enormes #davidypiti organizando y cuidándonos en la alfombra roja y gracias a todos los periodistas que cubrieron la gala durante tantas horas al pie del cañón. Y gracias a @claralago1 por su criterio, apoyo constante y por ser musa eterna. VIVA EL CINE ESPAÑOL.
Una foto publicada por @danirovira el
¿Cuartos Goya para Dani Rovira?
Sí, por favor. Creo que ahora mismo es uno de los mejores personajes para aceptar este encargo y salir airoso. En 2017 lo ha hecho. Eso sí, la gala en esta ocasión ha sido un poco descafeinada con pocas críticas, pero en contrapartida hay que agradecer que hayan eliminado las absurdas actuaciones y hayan introducido más contenido de cine… ¡Por fin!
Y encima, por si fuera poco, este año el gran premio se lo ha llevado una película que considero que verdaderamente lo merecía. Ya te hablé del golpe sobre la mesa que había dado el cine español en 2016 con varias cintas, todas ellas merecedoras de haberse convertido en triunfadoras. Que la ópera prima de Raúl Arévalo se haya impuesto, reconozco que me ilusiona. ¡Es de Móstoles! Pero no me ilusiona por eso, sino porque creo que ‘Tarde para la ira’ es el fruto de un gran esfuerzo unido a un gran talento, y eso merece reconocimiento.
Felicidad tras los Goya
Así que en esta ocasión todos estamos contentos (¿Almodóvar también?). Están contentos los actores. Están contentos los periodistas. Están contentos los espectadores. Está contento el presentador. Están contentos todos menos los que tienen su cruzada contra el patrocinador de los Goya. La audiencia ha bajado algo con respecto al año anterior, pero las cifras aún siguen siendo más que aceptables.
Es cierto eso de que siempre se puede mejorar, pero, dado que en los Goya las geniales ideas no suelen ser bien recibidas como el rap de Resines o el incalificable momento de Alex O’Dogherty, yo dejaría que Dani Rovira siguiera tomando las riendas y volviera a presentarlos hasta que se agote su carisma. Cuando algo está bien es mejor no tocarlo. Y Dani Rovira está muy bien.