Periodismo y fútbol, más de 90 minutos de guerra y pasión

Periodismo y fútbol, más de 90 minutos de guerra y pasión

Periodismo y fútbol, dos pilares fundamentales de un país que vive pegado al televisor y que se evade cuando el árbitro pita el comienzo de un partido. Sin embargo, estas dos realidades que deberían crecer y convivir, cada vez están más lejos la una de la otra. ¿Cómo se trata al «deporte rey» en los medios? Ya ha dejado de importar la información para dar paso a otro tipo de conceptos.

«Cuanto más difícil sea la victoria, más grande será la felicidad al ganar»

Pelé

Que si Gerard Piqué ha puesto un tuit. Que si Cristiano Ronaldo ha grabado un anuncio. Que si Neymar tiene muchas amigas. Que si la novia del jugador es la que filtra los contenidos. Y así podría estar líneas enteras hablando de ¿fútbol? como se hace en el ¿periodismo? Las cosas han cambiado mucho en lo que a la prensa deportiva se refiere. Cada vez tiene más peso en la sociedad si cabe y cada vez es el fútbol el que ocupa más minutos de radio y televisión, más páginas de los periódicos y más crónicas en la red.

Declarándome una fiel apasionada de este deporte, que va mucho más allá de lo que algunos quieren hacernos creer, probablemente no da para tanto si te ciñes a lo estrictamente profesional. Por eso, a veces se cae en ciertos clichés y en ciertas noticias que, después de verlas, no llegas a comprender demasiado bien cómo han logrado hacerse con un espacio entre el resto de informaciones. Es la paja, el relleno necesario para estirar lo más posible eso que da audiencia. Lo que vende.

¿Qué fue primero?

El otro día, junto a otros periodistas, planteábamos mientras veíamos en la televisión uno de los programas que a las 15.00 puntuales comienzan su particular repaso a las informaciones deportivas: ¿la gente lo ve porque lo ponen o lo ponen porque la gente lo ve? Es difícil señalar lo que fue primero. Pero no se puede obviar una realidad y es que en este país le gusta el fútbol a la inmensa mayoría. Los espectadores o lectores están ávidos de todo tipo de detalles sobre el equipo de sus amores, sus ídolos en el terreno de juego y, sobre todo, las polémicas que cada día se sirven calentitas.

Estos programas se han reproducido como la espuma en las televisiones y en las radios. Y al menos, algunos profesionales saben que lo que en ellos hacen es entretener, con ciertas dosis de información, pero no deja de ser un show que forma parte del gran negocio que es el fútbol. Algunos ni siquiera lo esconden y con su nombre dejan claro que no es más que un chiringuito. Pero a muchos les gusta desconectar y ver cómo unos defienden lo indefendible mientras otros atacan lo inatacable. A mí la primera.

Sin embargo, como profesional creo que se ha perdido el norte. Ya no hay ningún tipo de objetividad ni tapujos en mostrar los sentimientos. Los periodistas deportivos (no todos, hay honrosas excepciones, especialmente en las cadenas de pago) no filtran. Hemos visto portadas de diarios deportivos bochornosas. Hemos presenciado comentarios en televisión que dan vergüenza. Hemos escuchado entrevistas que merecerían que se fuera el audio. En fin. Hemos visto de todo.

No de todo son culpables los medios

Eso sí, debo romper también una lanza en favor de todos los profesionales que intentan cada día hacer su trabajo y que se encuentran con trabas. Problemas de todo tipo que deben aguantar para lograr que los amantes del fútbol tengan su pedacito diario de información y entretenimiento. Borderías, malas contestaciones, silencios… y un largo etcétera. La última es la noticia que lanzaba Vertele sobre el FC Barcelona y Atresmedia, ¿cómo se puede consentir algo así? Se consiente.

Por eso, todo hay que valorarlo en su justa medida. Llamar a cada cosa lo que es y tener en cuenta todos los factores que rodean a ambas profesiones. Porque si el amor/odio en periodismo y política es casi imposible que desaparezca, en periodismo y fútbol hay una guerra abierta en la cocina mientras duermen juntos en la cama. Quizás este tipo de cosas ayudan a que un año más, los periodistas seamos la profesión peor valorada. Y que haya cada vez menos a los que les merezca la pena.

Esto no pretende ser una crítica, si no más bien una reflexión en una semana de Champions en la que la proliferación de noticias de fútbol es altísima. ¿Fútbol otra vez? Preguntan los detractores. Sí, fútbol a todas horas. Pero, ¿esto es fútbol, esto de lo que hablan mientras gritan? Si te soy sincera, no lo sé.

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